Ericsson fue la primera empresa que probó la velocidad de bajada de una redb5G con una descarga en el aire. Fue de 5 Gbps (5 gigabites por segundo). Eso es cinco veces más que la conexión de 100 Mbps por fibra óptica que tenemos con Movistar. Aunque ya predicen que el 5G no llegará hasta el 2020, de momento podemos decir que es 250 veces más rápida que el 4G y no sólo sirve para que nos conectemos a Internet sino para que todos los objetos están conectados a Internet.

Parece ser que lo más importante del 5G no es la velocidad de descarga, sino todo lo que conlleva a nivel de aplicaciones en el sector de la salud por ejemplo. Podremos disponer de resultados de forma más rápida y diagnósticos en pocas horas. Esto será ideal para las personas que viven en zonas remotas sin acceso a zonas urbanas con servicios sanitarios cerca de sus hogares. El 5G también permitirá el teletrabajo y de esta manera habrá menos movilidad en horas puntas y disminuirá la siniestralidad así como las emisiones de CO2.

Pero para el día a día de las personas, el 5G será una puerta abierta para ver vídeos en alta definición (HD), música y vídeos en streaming, fotos digitales a través de los smartphones, smart TV y otras aplicaciones que aparecerán en los próximos años.

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