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Las leyendas urbanas se expanden de una manera bárbara y nadie sabe exactamente cómo. Se realizó un estudio para averiguar cómo se expandían informaciones que son falsas pero que la gente se las cree y las transfiere como verdaderas. Quizás os suena esa historia de un hombre y una mujer que empiezan a tener cybersexo y cuando finalmente se citan, resulta que se trata de padre e hija. O el de esa chica punky que muere de repente y los médicos descubren que había anidado una araña venenosa en su mata de pelo apelmazado con spray.

Todas estas leyendas urbanas se explican de unos a otros, de boca a oreja y hoy en día, a través de las redes sociales. Incluso hay webs que las recopilan, como la de snopes.com

Un estudio llevado a cabo por el British Journal of Psychology demostró que las leyendas urbanas triunfan por la manera en que nuestros cerebros aprenden, recuerdan y transmiten el conocimiento, aunque éste sea incorrecto o irreal. Lo que más nos interesa son informaciones sobre nuestro entorno que nos permiten sobrevivir y por otro lado, las conversaciones en un entorno social nos gustan porque necesitamos socializar, conversar y aprender de los demás para sobrevivir. Las personas nos sentimos atraídas por historias que contienen temas de supervivencia y de relaciones sociales, como tratan la mayoría de las leyendas urbanas. Y este tipo de historias son las que compartimos más a menudo.

Más Info: One Produccions | One Media

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